Tipos de pensamientos


¿Qué es el pensamiento?

El término pensamiento hace alusión a todo aquello que, por medio de la actividad mental, es traído a la realidad. El pensamiento puede ser consecuencia de un proceso racional o imaginativo, dependiendo de los casos.

(Existen distintos tipos de pensamientos)

(Existen distintos tipos de pensamientos)

Clasificación de los pensamientos

Según los rasgos que posea el pensamiento, este puede ser clasificado de la siguiente manera:

Inductivo: el pensamiento conocido bajo este nombre es el que se caracteriza por efectuar razonamientos que parten de lo particular, para llegar a conclusiones generales. A estas conclusiones se llegan tomando como disparador la suposición de que si algo se repite en casos particulares, lo mismo ocurrirá en casos similares, a pesar de que no se lo haya corroborado.

Esta clase de pensamiento es la que aplican las encuestadoras que, en vez de hacerle preguntas a todos los miembros del universo, toman una muestra de la misma y la consideran como representativa del resto.

Deductivo: esta clase de pensamiento es la que le permite a los seres humanos realizar afirmaciones o negaciones con respecto a casos específicos, esto implica que parte de lo general para llegar a lo particular. Es decir que el sujeto formula conclusiones tomando como punto de partida al menos una premisa. Dentro de este pensamiento es que se ubican los silogismos, es decir, que de dos enunciados se deduce una conclusión lógica, como puede ser el siguiente ejemplo: todos los hombres son mortales, Sócrates es hombre, por tanto, Sócrates es mortal.

Analítico: esta forma de pensamiento consiste en “dividir” en porciones pequeñas una situación general. A partir de esto, comienzan a establecerse relaciones de causalidad entre las mismas, comparaciones, prioridades y cualquier tipo de relación entre ellas para de esta forma comprender la situación general. A lo largo de este pensamiento, entonces, se aplican distintos mecanismos lógicos que permiten formular conclusiones.

Conceptual: en este caso, el pensamiento intenta entender una determinada situación o problemática tratando de establecer un orden en las diferentes partes que la componen. En el pensamiento conceptual, el individuo logra encontrar patrones o relaciones entre las partes, que son poco claras. Este pensamiento se caracteriza entonces por el uso del razonamiento inductivo y creativo, que se aplica a conceptos nuevos, que se los quiere definir, o bien, a conceptos de los que ya tiene conocimiento de su existencia.

Metafórico: por medio de este pensamiento se establecen vínculos entre dos conceptos para así lograr comprenderlos de una manera más acabada. Generalmente, los vínculos se establecen si los dos conceptos tienen rasgos en común.

Interrogativo: esta clase de pensamiento es el que induce a una persona a plantearse preguntas frente a un determinado fenómeno. Estos cuestionamientos siempre se hacen en torno a los aspectos que le interesan saber sobre el tema en cuestión.

Divergente: este pensamiento es el que, a partir de una incógnita o problemática de la cual no sabe su solución, comienza a plantear diferentes opciones o respuestas que encajen lo mejor posible con ellas.

Convergentes: a diferencia del pensamiento divergente, en el convergente, se debe optar entre diversas opciones o respuestas, la que considere más adecuada ante la problemática o situación en cuestión y así llegar a una conclusión.

Imaginario: este pensamiento es el que caracteriza por el hecho de modificar o crear a partir de lo que ya conoce de la realidad que lo rodea. Esto quiere decir que le coloca nuevos elementos o rasgos o modifica ideas ya conocidas.

Aproximado: en esta clase de pensamiento, el ser humano parte de ideas o sugerencias que no son del todo claras o precisas por lo que le hacen a la persona pensar de una manera aproximada con respecto a aquellas ideas recibidas.

El pensamiento según las edades

Dependiendo la edad de la persona, el pensamiento puede ser clasificado en tres grupos:

Infantil: el pensamiento como este se caracteriza por no lograr identificar que, además del propio punto de vista, existen otros, por lo que se torna egocéntrico. Además de esto, tiene la incapacidad de lograr comprender un proceso racional ni las modificaciones que padece una determinada situación u objeto en particular. Otro rasgo propio del pensamiento infantil es que suele centrarse en pequeños detalles, dejando de lado otros rasgos. La incoherencia a la hora de intentar relatar una historia es algo que resulta propio de este pensamiento. Por último, este pensamiento no actúa a partir de una serie de conocimientos, sino de manera intuitiva.

Adolescente: el pensamiento conocido bajo este nombre es el que se caracteriza por tener dificultades a la hora de identificar a las figuras que tengan autoridad. Esto implica que dejan de ver en sus padres personas sabelotodo, sino que comienzan a ser conscientes de que no en todos los casos tienen la razón ni que tienen las respuestas a todas las preguntas. Por otro lado, el pensamiento adolescente es más propenso a incentivar las discusiones, percibiéndolas como una herramienta para expresar su propia postura ante determinados temas o para entrar en contacto con los distintos ángulos que puede tener un tema.

Otro rasgo de este pensamiento es que contiene una cierta hipocresía, ya que no logra identificar entre pensar un valor y vivir en consecuencia de ese valor. Además, el pensamiento suele ser algo egocéntrico y, en algunos casos, promueve la baja autoestima, ya que el individuo tiene la sensación de que está siendo juzgado constantemente por las personas que lo rodean.

Por último, este tipo de pensamiento se identifica por su falta de decisión. Esto se debe a que es en esta etapa que la persona comienza a darse cuenta que, ante una determinada situación, incluso la más simple, existen distintas alternativas y, entre ellas, más de una puede ser la correcta.

Adulto: esta clase de pensamiento es la que las personas utilizan con el objeto de alcanzar la independencia y la libertad. Además de esto, es un pensamiento que los individuos utilizan cuando buscan adquirir conocimientos que luego puedan utilizar en beneficio propio. También es una actividad mental que se encuentra anclada a los problemas concretos que se le presentan en la vida cotidiana y también propone metas a largo plazo.

Otra cualidad de este pensamiento es que tiene la capacidad de elegir tareas y metas que quiere realizar, apartando aquellas que no son consideradas una prioridad. Este es el pensamiento que también pone en práctica las responsabilidades tanto en el ámbito familiar como en el social o laboral.

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