Tipos de carbohidratos
Los carbohidratos, también denominados hidratos de carbono, son aquellos alimentos que están conformados por carbono, oxígeno e hidrógeno, y se caracterizan por contar con compuestos como celulosa, almidón y azúcares, entre otros elementos.
Los hidratos de carbono forman parte de los organismos vivos, y se identifican por tener sabor dulce, además de ser, casi siempre, de color blancuzco, solubles en agua y cristalinos. Por medio del consumo de ellos es que los seres vivos logran absorber energía para de esta forma encontrarse en condiciones de poder realizar cualquier actividad.
Clasificación de los carbohidratos
Dentro de los hidratos de Carbono, los especialistas identifican dos grandes grupos (simples y complejos):
A. Simples: este tipo de hidratos de carbono, también conocidos como azúcares simples o monosacáridos, se caracterizan por digerirse a una velocidad significativa para luego pasar, en pocos minutos, al torrente sanguíneo. Al ocurrir esto, se incrementa la concentración de la azúcar en sangre.
La insulina es la hormona que el cuerpo segrega para contrarrestar dicho efecto, por medio del traspaso del azúcar que se encuentra en la sangre a las células. Algo que se debe tener en cuenta a la hora de armar una dieta es que aquellos alimentos que contienen azúcar de forma natural –en oposición a los productos refinados- como la miel o la fruta, entre otros, aportan elementos nutritivos tales como vitaminas, minerales, fibras y enzimas, que son esenciales para el desarrollo y buen funcionamiento del cuerpo humano.
Los carbohidratos refinados se caracterizan por contar con un valor nutritivo muy bajo. Algunos ejemplos de los refinados son las gaseosas, las golosinas y el azúcar de mesa, entre otros ejemplos, y se destacan por tener un sabor dulce. Los especialistas recomiendan no abusar de estos alimentos y menos aún si se quiere llevar adelante una dieta nutritiva o cuando se intenta bajar de peso.
Además, dentro de los carbohidratos simples se pueden encontrar los siguientes subgrupos:
- Lactosa: compuesta por galactosa y glucosa, esta forma de azúcar también se la conoce bajo el nombre de azúcar de leche justamente porque se encuentra en la leche producida por los mamíferos.
- Fructosa: en este caso, el azúcar se encuentra en la miel, verduras y frutas. El poder energético de estos alimentos es de cuatro kilocalorías por gramo. Generalmente, esta forma de azúcar es la que se solía utilizar para la producción de edulcorante para que los diabéticos consuman en reemplazo del azúcar de mesa, aunque entró en controversia y hasta se sospecha que produce obesidad. La fructosa se almacena en el hígado, en vez de ser absorbida con rapidez, y se la utiliza al momento de hacer algún esfuerzo.
- Galactosa: esta forma de azúcar se caracteriza por estar compuesta por seis átomos de carbono. Este elemento es producido en las glándulas mamarias y son esenciales para la producción de la lactosa.
- Maltosa: esta forma de azúcar, también denominada como azúcar de malta está compuesto por dos glucosas que se mantienen unidas a través de un enlace glucosídico. Esta azúcar se halla en los granos de cebada germinada y se la usa, por ejemplo, para la producción de cerveza.
- Sacarosa: también conocida como azúcar de mesa, azúcar de caña o azúcar común, se caracteriza por ser de color blanco transparente y es el más utilizado para el consumo por la capacidad que tiene para endulzar a los alimentos. Por otra parte, se digiere muy fácilmente y no produce ningún elemento que intoxique al organismo a partir de su consumo.
B. Complejos: también conocidos bajo el nombre de almidones, estos hidratos de carbono se diferencian de los simples por tardar más tiempo en ser absorbidos. Esto trae como consecuencia que la glucosa en sangre se eleve a una menor velocidad y de manera más moderada.
Además, estos carbohidratos están compuestos por numerosas moléculas de azúcar, que se mantienen unidas a partir de vínculos químicos. Esto hace que el organismo deba romper dichos vínculos para así reducirlos en hidratos de carbono simple, que sólo cuentan con una molécula.
Una vez hecho esto, el carbohidrato es almacenado en el organismo como fuente de energía, principalmente para el hígado y los músculos. De esta forma, el cuerpo cuenta con energía durante un tiempo prolongado y, al mismo tiempo, logra mantener bajos los niveles de azúcar en sangre.
Algunos alimentos que contienen este tipo de carbohidratos son la cebada, el maíz, el germen de trigo, el salvado o el alforfón.
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