Tipos de shock
¿Qué significa «Shock»?
Se define como shock a la afección física de un individuo generado ya sea por causas de tipo orgánicas (fisiológicas, biológicas, médicas) o de tipo psicológicas, también conocidas como emocionales. La misma consiste básicamente en la llegada incorrecta de sangre a un órgano específico del cuerpo. Esta alteración puede derivar en graves secuelas o incluso resultar mortal si no es atendida de forma urgente por personal médico entendido, ya que puede agravarse de manera muy rápida.
En el caso de las causas orgánicas se encuentran por ejemplo: traumatismos graves, paro cardíaco, alteraciones en la presión arterial, isquemias, hemorragias, insuficiencias cardíacas, reacciones alérgicas, infecciones, consecuencias de medicamentos ingeridos, etc.
Ahora bien, en el caso de las causas psicológicas hay múltiples posibilidades y factores de incidencia. Con dichos factores se habla de que hay eventos que pueden ser causante directa de shock para ciertos individuos y no para otros, es decir que dependerán del nivel de tolerancia a la frustración y al dolor, del caudal de aceptación, de la capacidad de asimilación y adaptación a la situación, de la sensibilidad, de las costumbres y de las creencias (entre otros) que cada ser humano tenga. Por ejemplo, podrían ser causas psicológicas de un shock, la muerte de un familiar o persona cercana, un accidente de gravedad, o cualquier otra experiencia traumática que desborde al sujeto.
Shocks: algunos ejemplos
Los tipos de shock más importantes son los siguientes:
- Hipovolémico: se caracteriza principalmente por una cantidad o volumen insuficiente de sangre circulante en el sistema vascular (venas). Generalmente es causada por hemorragias severas o quemaduras graves.
- Cardiogénico: su origen se encuentra radicado en el mal funcionamiento cardíaco, es decir, por múltiples razones posibles el corazón no logra bombear con la presión necesaria para hacer llegar la sangre a todos los órganos. Se encuentra frecuentemente asociado a cardiopatías.
- Neurogénico: se trata del aumento de tamaño y capacidad de los vasos sanguíneos provocado por la afección de una parte del llamado cordón espinal encargada del control del tamaño y tono muscular del sistema vascular. Cabe aclarar que en este caso se verán afectados todos aquellos vasos que se encuentren por debajo de la espina dañada.
- Séptico: a raíz de infecciones graves, las paredes de los vasos sanguíneos de ven debilitadas por lo que no logran el nivel correcto de contracción ni de filtración. Este estado es generado por sustancias toxicas formadas por las bacterias provenientes de la infección o bien por el propio organismo en respuesta a la infección.
- Metabólico: su elemento constituyente más importante esta dado por la deshidratación, que a su vez, genera un volumen insuficiente de torrente sanguíneo incapaz de mantener hidratados tejidos y órganos. Esta deshidratación es causada principalmente por vómitos, diarrea o mucha pérdida de orina.
- Anafiláctico: es causado en su totalidad por una reacción de tipo alérgica ante el contacto o la incorporación (en cualquiera de sus formas: inhalación, tacto, ingesta, etc.) de un elemento extraño que produce una activación exacerbada de los mecanismos de defensa. Los síntomas más comunes son la hinchazón de la tráquea, faringe, laringe, lengua (garganta en general); la pérdida de conciencia y la aparición de erupciones en el tejido tisular.
- Psicogénico: esta dado por una repentina y breve falta de oxigeno y sangre a nivel cerebral como resultado de una vasodilatación (temporal) causada por una reacción del sistema nervioso. Normalmente se manifiesta mediante el desmayo, y es sin duda, el mas fácil de revertir y el que menos secuelas puede provocar.
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